La mirada se pierde en lo etéreo,
en el curvilíneo horizonte azur.
Solitario...en imaginación profunda
se contempla el inquieto desierto humano
paseante en el furtivo placer
de aquellas circunstancias al atardecer.
Lo real y lo transitorio metamorfosean
en sentidos étimos de belleza y poesía,
lo eterno y lo pasajero diásporo
en el camino de la vida.
El cuadro humano danza cual artífice
de soñadores pensamientos en la asertiva
obra teatral, la Sabiduría.
El desierto humano despierta anonadado,
ideando una figura inusual
reflejo de la falsa realidad.
Y las estrellas titilan magnánimas
proyectando la esperanza al amanecer...
&
El viajero sigue luchando en el tortuoso camino...
en el curvilíneo horizonte azur.
Solitario...en imaginación profunda
se contempla el inquieto desierto humano
paseante en el furtivo placer
de aquellas circunstancias al atardecer.
Lo real y lo transitorio metamorfosean
en sentidos étimos de belleza y poesía,
lo eterno y lo pasajero diásporo
en el camino de la vida.
El cuadro humano danza cual artífice
de soñadores pensamientos en la asertiva
obra teatral, la Sabiduría.
El desierto humano despierta anonadado,
ideando una figura inusual
reflejo de la falsa realidad.
Y las estrellas titilan magnánimas
proyectando la esperanza al amanecer...
&
El viajero sigue luchando en el tortuoso camino...
Por Luis I. Rodríguez
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