Hay silencio en la penumbra,
y el viento está adormecido,
templado y enmudecido,
entre el haz tenue… que alumbra.
Sigilo y prudencia habita
en la noche misteriosa,
reservada y cautelosa,
su coraje… debilita.
¡Misterio en la noche oscura!
¡Valentía… sin derroche!
¡Misterio en la negra noche!
Espesa sombra… conjura.
Espíritu, tú que erras
rebuscas paz y reposo,
hostigado, y en acoso
buscas, quietud en mis tierras.
Las que conceden morada
al alma mortificada,
perseguida y castigada,
afligida y sentenciada.
Respiro eterno te damos
en nuestro valle verdoso,
nuestro blasón caluroso
te enterrará con sus manos.
El ente suspirará…
Para siempre sin castigos,
y lejos ya de enemigos...
Su descanso encontrará.
y el viento está adormecido,
templado y enmudecido,
entre el haz tenue… que alumbra.
Sigilo y prudencia habita
en la noche misteriosa,
reservada y cautelosa,
su coraje… debilita.
¡Misterio en la noche oscura!
¡Valentía… sin derroche!
¡Misterio en la negra noche!
Espesa sombra… conjura.
Espíritu, tú que erras
rebuscas paz y reposo,
hostigado, y en acoso
buscas, quietud en mis tierras.
Las que conceden morada
al alma mortificada,
perseguida y castigada,
afligida y sentenciada.
Respiro eterno te damos
en nuestro valle verdoso,
nuestro blasón caluroso
te enterrará con sus manos.
El ente suspirará…
Para siempre sin castigos,
y lejos ya de enemigos...
Su descanso encontrará.
GÓMEZ VICOS, Asunción. Silencio en la penumbra.
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