sábado, 15 de agosto de 2009

EL VOLCÁN ESCÉNICO




Recordé tus caricias con la brisa matutina,
tus resplandecientes rayos de luna danzaron
como una melodía en plena fantasía,
tus palabras fortalecieron mi pensamiento.

Sentí tu profunda mirada expectante
en la oscilación de una radiante sonrisa,
así el árbol mecía sus hermosas ramas
en armonía con la viviente naturaleza.

Abrí mis brazos y llené mi vacío
con el recuerdo de tus pensamientos,
el volcán escénico yacía dormido
contemplando el estado natural de tu ser.

Asombrado al sentir tu presencia
escuché la melodía de un sentimiento,
el néctar de tu mirada deshojó
el misterio de la rosa en mi aposento.

Vigorizado con tus ondulaciones corporales,
un rayo de luz rozó los sentimientos y
las hojas del árbol cayeron lentamente
como la pluma angustiada de mis pensamientos.

Por Luis I. Rodríguez

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