De pocos años ellos, de pocos años ella,
son cuatro, y al mirarlos de cerca se adivina
que en esos rostros pálidos el sol dejó sus huellas,
y en esos pies la punzadora espina.
Treparon de los montes por las tendidas faldas,
salvaron los abismos, rodearon las laderas,
y luego descendieron trayendo a las espaldas
el musgo de los riscos y flores montañeras.
Así miré a los niños con la pesada carga
sobre su espalda débil al declinar el día,
con los harapos húmedos y la sonrisa amarga
parados en la puerta de la floristería.
Detuve el paso: el viento, selváticos aromas
al esparcir me dijo de las tupidas breñas,
de los gigantes árboles, de las tendidas lomas,
de las casitas blancas sobre las altas peñas.
Me dijo de las chozas que oculta la espesura,
de los peligros serios cuando se encrespa el río,
de las tormentas sordas y de la noche oscura,
del viento, de la lluvia, del ábrego, y del frío.
Y me hizo ver el cielo de vastos horizontes,
y bajo un sol radiante que sus fulgores riega,
con los cansados niños que luchan en los montes,
la turba de los niños que entre los parques juega.
Y dije al ver perderse la frágil caravana
en la penumbra vaga del horizonte oscuro:
¡qué lote tan amargo para su edad temprana!
son todavía muy niños para luchar tan duro.
Desde esa tarde, siempre que en la bullente fiesta,
en profusión se mezclan perfumes y colores,
con las vibrantes notas de la sonora orquesta,
y el verde gris del musgo con las pintadas flores.
O en el banquete regio, cuando la risa asoma
y tiñe de topacio las copas el champaña,
penetrante me llega algún aroma y
aislado de musgos de los riscos y flores de montaña.
Oh, vuelvo a ver los niños con la pesada carga
sobre su espalda débil al declinar el día,
con los harapos húmedos y la sonrisa amarga
parados en la puerta de la floristería.
son cuatro, y al mirarlos de cerca se adivina
que en esos rostros pálidos el sol dejó sus huellas,
y en esos pies la punzadora espina.
Treparon de los montes por las tendidas faldas,
salvaron los abismos, rodearon las laderas,
y luego descendieron trayendo a las espaldas
el musgo de los riscos y flores montañeras.
Así miré a los niños con la pesada carga
sobre su espalda débil al declinar el día,
con los harapos húmedos y la sonrisa amarga
parados en la puerta de la floristería.
Detuve el paso: el viento, selváticos aromas
al esparcir me dijo de las tupidas breñas,
de los gigantes árboles, de las tendidas lomas,
de las casitas blancas sobre las altas peñas.
Me dijo de las chozas que oculta la espesura,
de los peligros serios cuando se encrespa el río,
de las tormentas sordas y de la noche oscura,
del viento, de la lluvia, del ábrego, y del frío.
Y me hizo ver el cielo de vastos horizontes,
y bajo un sol radiante que sus fulgores riega,
con los cansados niños que luchan en los montes,
la turba de los niños que entre los parques juega.
Y dije al ver perderse la frágil caravana
en la penumbra vaga del horizonte oscuro:
¡qué lote tan amargo para su edad temprana!
son todavía muy niños para luchar tan duro.
Desde esa tarde, siempre que en la bullente fiesta,
en profusión se mezclan perfumes y colores,
con las vibrantes notas de la sonora orquesta,
y el verde gris del musgo con las pintadas flores.
O en el banquete regio, cuando la risa asoma
y tiñe de topacio las copas el champaña,
penetrante me llega algún aroma y
aislado de musgos de los riscos y flores de montaña.
Oh, vuelvo a ver los niños con la pesada carga
sobre su espalda débil al declinar el día,
con los harapos húmedos y la sonrisa amarga
parados en la puerta de la floristería.
URIBE, Diego. Musgos. Poema.
Hola Soy Alexa. ( Andrew is my husband)
ResponderEliminarCuando era pequena mi madre me enseno este poema. Despues de 22 anos, gracias a uds lo encontre... Mil gracias por traer una memoria de mi infacia
Lo que expresa el comentario anterior es igual a mi sentimiento; cuando yo estaba en tercero de primaria en la escuela me aprendí este poema para recitarlo en un "acto cívico", en mi caso fue mi hermana la que me lo hizo aprender y ya había olvidado parte del mismo, gracias por traerlo de nuevo a mi memoria al igual que mi grata infancia.
ResponderEliminarFabio.
Jaja no lo puedo creer soy otro mas al que este poema trae gratos recuerdos me dan ganas de llorar sobre todo por la reflexion cargada de realidad que trae este poema. Estuve buscandolo por mucho tiempo. En mi caso me lo enseño mi maestra de 5to primaria y tambien para recitarlo con todo el sentimiento en un festival de poesia en el cual tuve el primer lugar. Que nostalgia trae este recuerdo, de verdad gracias! Andres ^_^!
EliminarMI madre lo ha recitado desde que me conozco, no lo había podido encontrar, hace unos 50 años ella lo declamaba.... Como me acuerdo de ti mi bella Rosa, hermosa madre
ResponderEliminarLo acabo de encontrar para mi madre, gracias.
ResponderEliminarEl poema me recuerda precisamente lo que dice esta cancion Mercedes Sosa, Niño en la Calle http://www.youtube.com/watch?v=40nuiWW59e0
hola cordial saludo. Soy poeta...gracias a musgos...marcó mi vida de tal manera ...que todos los días escribo al menos una poesía.
ResponderEliminartengo una inquietud...y si mi memoria no me falla...en la última linea del primer verso debería decir: "Y EN ESOS PIES SU RASTRO LA PUNZADORA ESPINA"....ATTE: Juandar. Cali Col
jaimepat48@hotmail.com
ResponderEliminarEn algunas ocasiones recitaba la primera estrofa de Los Musgos, pero después de 57 años era lo único que había quedado en mi memoria. Después de habermelo aprendido a los 7 años, cuando estudiaba en primero de primaria y... ¡hoy! por curiosidad le dije a mi señora, sera que encuentro el poema Los Musgos por Internet y que sorpresa que inmediatamente lo encontró, se lo mandé imprimir y me dió alegría poder recordar ese bello contenido; voy a hacer el esfuerzo de podermelo aprender nuevamente para volver con ese grato recuerdo de mi infancia, estoy felíz de haberlo encontrado gracias, mil gracias