sábado, 31 de enero de 2009

EL LOBO Y EL BUSTO - fábula -


Un lobo halló un busto en el campo, que registró y olió, mas, viendo que no tenía sentido, dijo:
- ¡Bella imagen! ¡Qué lástima que no tengas cerebro!

Semejantes imágenes abundan por doquier: pues la hermosura sin prudencia es busto sin sentido



Esopo. En Fábulas esópicas.

viernes, 30 de enero de 2009

EL ARTE DE LEER


La lectura, o el goce de los libros, ha sido considerada como uno de los encantos de una vida culta y es respetada y envidiada por quienes se conceden rara vez ese privilegio. Es fácil comprenderlo cuando comparamos la diferencia entre la vida de un ser humano que no lee y la de uno que lee. El que no tiene la costumbre de leer está apresado en un mundo inmediato, con respecto al tiempo y al espacio. Su vida cae en una rutina fija; está limitado al contacto y conversación con unos pocos amigos y conocidos, y sólo ve lo que ocurre en su vecindad inmediata. No hay forma de escapar de esa prisión. Pero en cuanto toma en sus manos un libro entra en un mundo diferente, y si el libro es bueno inmediatamente entra en contacto con uno de los mejores conversadores del mundo. Este conversador lo conduce y lo transporta a un país diferente o una época diferente, o descarga en él algunos de sus pesares personales, o discute con él una forma especial o un aspecto de la vida del que el (la) lector (a) nada sabe. Un autor antiguo le pone en comunión con su espritu muerto largo tiempo ha, y a medida que lee comienza a imaginar qué parecería ese autor antiguo y qué clase de persona sería. Tanto Mencio como Ssema Ch'ien, el más grande historiador chino, han expresado la misma idea. Poder vivir dos horas, sobre doce, en un momento diferente, y restar los pensamientos al reclamo del presente inmediato es, claro está, un privilegio que deben envidiar las personas que están encerradas en su prisión corporal. Tal cambio de ambiente es
en verdad similar a un viaje, en su efecto psicológico.

LIN YUTANG. En La importancia de vivir.

jueves, 29 de enero de 2009

ARTE POÉTICA - Vicente Huidobro -


Que el verso sea como una llave
que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
cuanto miren los ojos creado sea,
y el alma del oyente quede temblando.

Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
el adjetivo, cuando no da vida, mata.

Estamos en el cielo de los nervios.
El músculo cuelga,
como recuerdo, en los museos;
mas no por eso tenemos menos fuerza:
el vigor verdadero
reside en la cabeza.

Por qué cantáis la rosa, ¡oh poetas!
Hacedla florecer en el poema;
sólo para nosotros
viven todas las cosas bajo el sol.

El poeta es un pequeño Dios.


HUIDOBRO, Vicente. En Cagliostro y otros poemas.

&


Vicente Huidobro es un poeta creacionista chileno. Reinventa la realidad, a través del lenguaje, dándole nuevos sentidos. Dibuja el poema, lo piensa, lo escribe y crea un mundo nuevo. La poesía es una razón de ser de su existencia y sus ideas una proyección trascendental en la invención de mundos. Esta invención fluye, hace florecer y sentir los poemas como una expresión del alma. El poeta es el creador de mundos posibles y quien se pregunta por la razón de existir. / LIR

miércoles, 28 de enero de 2009

EL ESCRITOR Y LOS VIAJES


Para bien y para mal, el escritor verdadero escribe sobre la realidad que ha sufrido, es decir sobre la patria; aunque a veces parezca hacerlo sobre historias lejanas en el tiempo y en el espacio. Creo que Baudelaire dijo que la patria es la infancia. Y me parece difícil escribir algo profundo que no esté unido de una manera abierta o enmarañada a la infancia. Por eso aun los grandes expatriados, como Ibsen o Joyce, siguieron tejiendo o destejiendo esa misma y misteriosa trama. Viajar es siempre un poco superficial. El escritor de nuestro tiempo debe ahondar en la realidad. Y si viaja debe ser para ahondar, paradojalmente, en el lugar y en los seres de su propio rincón.

SABATO, Ernesto. En El escritor y sus fantasmas.

lunes, 26 de enero de 2009

MUERTE - Harold Pinter -


¿Dónde se halló el cadáver?
¿Quién lo encontró?
¿Estaba muerto cuando lo encontraron?
¿Cómo lo encontraron?
¿Quién era el cadáver?
¿Quién era el padre o hija, o hermano
o tío o hermana o madre o hijo
del cadáver abandonado?
¿Estaba muerto el cuerpo cuando fue abandonado?
¿Fue abandonado?
¿Quién lo abandonó?
¿Estaba el cuerpo desnudo o vestido para un viaje?
¿Qué le hizo declarar muerto al cadáver?
¿Fue usted quien declaró muerto al cadáver?
¿Cómo de bien conocía el cadáver?
¿Cómo sabía que estaba muerto el cadáver?
¿Lavó el cadáver?
¿Le cerró ambos ojos?
¿Enterró el cuerpo?
¿Lo dejó abandonado?
¿Le dio un beso al cadáver?

Por Pinter, Harold

EL MUNDO DE LA CIENCIA


Un mundo le es dado al hombre. Su gloria no es soportar o despreciar este mundo, sino enriquecerlo construyendo otros universos. Amasa y remoldea la naturaleza sometiéndola a sus propias necesidades; construye la sociedad y es a su vez construido por ella; trata luego de remoldear este ambiente artificial para adaptarlo a sus propias necesidades animales y espirituales, así como sus sueños: crea así el mundo de los artefactos y el mundo de la cultura.
La ciencia como actividad pertenece a la vida social; en cuanto se la aplica al mejoramiento de nuestro medio natural y artificial, a la invención y manufactura de bienes materiales y culturales, la ciencia se convierte en tecnología. Sin embargo, la ciencia se nos aparece como la más deslumbrante y asombrosa de las estrellas de la cultura cuando la consideramos como un bien por sí mismo.

BUNGE, Mario. La ciencia, su método y su filosofía.

domingo, 25 de enero de 2009

MUNDO - Poesía Mario Benedetti -


MUNDO


No vayas a creer lo que te cuentan del mundo
en realidad el mundo es incontable
en todo caso es provincia de ti
no vayas a creer lo que te cuentan del mundo
aun los que te aman mienten sobre
probablemente sin saber que mienten
en la vigilia te sentirás lejano
testigo de tu mundo desde el mundo
sin nubes de tu aliento en los cristales
la humareda del hombre se eleva en la noche
y no sabrás de dónde viene el fuego
pero la expectativa te volverá humilde
en el mundo el abismo es un oficio
las preguntas en vano / una vieja costumbre
los desatinos / marca de abolengo
no vayas a creer lo que te cuentan del mundo
(ni siquiera esto que te estoy contando)
ya te dije que el mundo es incontable.

BENEDETTI, Mario. En Poemas.

sábado, 24 de enero de 2009

LA MOSCA QUE SOÑABA QUE ERA UN ÁGUILA


Había una vez una Mosca que todas las noches soñaba que era un Águila y que se encontraba volando por los Alpes y por los Andes.

En los primeros momentos esto la volvía loca de felicidad; pero pasado un tiempo le causaba una sensación de angustia, pues hallaba las alas demasiado grandes, el cuerpo demasiado pesado, el pico demasiado duro y las garras demasiado fuertes; bueno, que todo ese gran aparato le impedía posarse a gusto sobre los ricos pasteles o sobre las inmundicias humanas, así como sufrir a conciencia dándose topes contra los vidrios de su cuarto.
En realidad no quería andar en las grandes alturas, o en los espacios libres, ni mucho menos.
Pero cuando volvía en sí lamentaba con toda el alma no ser un Águila para remontar montañas, y se sentía tristísima de ser una Mosca, y por eso volaba tanto, y estaba tan inquieta, y daba tantas vueltas, hasta que lentamente, por la noche, volvía a poner las sienes en la almohada.

MONTERROSO, Augusto. En La oveja negra y demás fábulas.

viernes, 23 de enero de 2009

PENSAMIENTOS...para reflexionar


Puedes ser solamente una persona para el mundo,
pero para una persona tú eres el mundo.

Gabriel García Márquez


El verdadero valor de un ser humano se determina,
básicamente, por la forma y el sentido como libera
su propio ser

Albert Einstein


Ser capaz de prestarse atención a uno mismo es requisito
para tener la capacidad de poner atención a los demás.
Sentirse a gusto con uno mismo es necesario
para relacionarse con los demás.

Erich Fromm


Sabed que no existe nada más elevado, más fuerte, más sano y más útil para el porvenir, en la vida, que cualquier buen recuerdo, y tanto más si éste pertenece a la infancia y a la casa paterna. Un bello recuerdo conservado de la infancia representa posiblemente la mejor educación; recogiendo en la vida muchos de tales recuerdos, el está seguro en el curso de toda su existencia.

Fedor Dostoievski

jueves, 22 de enero de 2009

LA MINIATURA - G. Bachelard - Filosofía


[...] La imaginación vale más que todo esto. De hecho la imaginación miniaturizante es una imaginación natural. Aparece en todos los siglos en el ensueño de los soñadores innatos. Precisamente hay que desprender lo que divierte para descubrir las raíces psicológicas efectivas. Por ejemplo se podrá leer seriamente esta página de Hermann Hesse publicada en la revista Fontaine (número 57). Un prisionero ha pintado sobre el muro de su calabozo un paisaje en el que un pequeño tren penetra en el túnel. Cuando sus carceleros vienen a buscarlo, les pide amablemente "que esperen un momento para que yo pueda entrar en el trencito de mi tela a fin de comprobar algo. Como de costumbre, se echaron a reír porque me consideraban como un débil mental. Me hice pequeño. Entré en mi cuadro, subí en el trencito que se puso en marcha y desapareció en lo negro del pequeño túnel. Durante unos instantes se percibió todavía un poco de humo en copos que salían del redondo orificio. Luego ese humo se desvaneció y con él el cuadro y con el cuadro mi persona"... ¡Cuántas veces el poeta-pintor en su cárcel no ha atravesado los muros por el túnel! ¡Cuántas veces, pintando ensueños, se ha evadido por una grieta del muro! Para salir de la cárcel todos los medios son buenos y en caso de necesidad lo absurdo nos libera.
Así, si seguimos con simpatía al poeta de la miniatura, si tomamos el trencito del pintor encarcelado, la contradicción geométrica queda redimida, la Representación no es más que un cuerpo de expresiones para comunicar a los demás nuestras propias imágenes. En el eje de una filosofía que acepta la imaginación como facultad básica, puede decirse al modo schopenhaueriano: "el mundo es mi imaginación". Poseo el mundo tanto más cuanta mayor habilidad tenga para miniaturizarlo. Pero de paso hay que comprender que en la miniatura los valores se condensan y se enriquecen. No basta una dialéctica platónica de lo grande y de lo pequeño para conocer las virtudes dinámicas de la miniatura. Hay que rebasar la lógica para vivir lo grande que existe dentro de lo pequeño. [...]

BACHELARD, Gaston. En La poética del espacio.

miércoles, 21 de enero de 2009

¿CÓMO NACE UN PARADIGMA? -cuento sufi-


Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y sobre ella un montón de bananas.

Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo.

Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo golpeaban.

Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas. Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos.

La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le pegaron.

Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera.

Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fue sustituido.

Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca habían recibido un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas.

Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería:

-"No sé, las cosas aquí siempre se han hecho así..."-.

&

Nuestro quehacer se ha tornado superficial, un sinsentido. El hombre hace las cosas por imitación, olvidando el preguntar, el saber cuestionar. Permanecemos encerrados en los preconceptos y nos da temor comenzar a esclarecer el concepto.

El hombre pensante es el punto de partida para iniciar la búsqueda de sentido.


martes, 20 de enero de 2009

SONREÍR - Poesía-

SONREÍR

Soñar...
Soñar...
Soñar...

Desperté soñando.
Alegre la aurora matinal
cual fecundador rocío,
brindando una tierna sonrisa
en el diario vivir.

Vivir es sentir,
vivir es pensar,
pensar... filosofar,
filosofar... interpretar
nuestra cotidiana transformación.
Por LIR

lunes, 19 de enero de 2009

TRISTEZA DEL CRONOPIO


A la salida del Luna Park un cronopio advierte
que su reloj atrasa, que su reloj atrasa, que su reloj.
Tristeza del cronopio frente a una multitud de famas
que remonta Corrientes a las once y veinte y él,
objeto verde y húmedo, marcha a las once y cuarto.
Meditación del cronopio: "Es tarde, pero menos tarde
para mí que para los famas,
para los famas es cinco minutos más tarde,
llegarán a sus casas más tarde, se acostarán más tarde.
Yo tengo un reloj con menos vida,
con menos casa y menos acostarme,
yo soy un cronopio desdichado y húmedo".
Mientras toma café en el Richmond de Florida,
moja el cronopio una tostada con sus lágrimas naturales.

CORTÁZAR, Julio. En Historias de cronopios y de famas.

domingo, 18 de enero de 2009

LA ISLA DESIERTA - José Saramago -


Por haberme mostrado demasiado exigente con el comandante del barco que me llevaba, fui desembarcado en una isla desierta. Me dieron alimentos para unos quince días o quince años (nunca llegué a saberlo con certeza), armas y municiones (incluyendo bombas atómicas), y de lo que el barco llevaba permitieron que me llevase un disco y un libro. Elegí Don Quijote y Orfeo. Será conveniente que explique por qué. Iba a vivir allí yo solo y en paz, si me era posible. Iba a tener mucho trabajo y pocas distracciones. En consecuencia, no había libro mejor que el Don Quijote, que hacía reír y tiene una Dulcinea inexistente, y el Orfeo, que hace llorar y que tiene una Eurídice muerta. Con esta deliberada ausencia poblaría yo mis noches interminables.
Viví de esta manera en la isla desierta. No sé cuánto tiempo, pero fue más de quince días y menos de quince años. No llegué a recorrer toda la isla, pero sé que estaba desierta porque, si no lo estuviese, no me habrían desembarcado allá. Perdí el habla por el hábito de no hablar, y le di así un poco de silencio al mundo. Aparte del canto de los pájaros y del rugido de un animal feroz (nunca lo vi, pero, por el rugido, sin duda es feroz), no se oía en la isla otra cosa, fuera de las llamadas desesperadas de Orfeo y de las carcajadas de Sancho Panza. Don Quijote, él sí, paseaba todas las mañanas por la playa que olía a algas y a sal, cada vez más flaco, montado en los huesos de Rocinante. Se subía por las noches a unas peñas y se ponía a contar las estrellas. Sostenía en el brazo izquierdo el yelmo de Manubrino, vuelto de lado, y daba así allí abrigo a una avecilla que se había habituado a dormir allí. Con la lanza en la derecha, Don Quijote velaba el sueño del pajarillo. De vez en cuando, lanzaba un suspiro. No llegué a preguntarle las razones de sus suspiros porque mientras tanto había llegado yo al final del libro.
Vivíamos los cuatro en paz y compañía en la isla desierta. Un día llegó a la playa un cajón grande. Mientras lo abría, se reunieron a mi alrededor mis compañeros. No estuvieron allí mucho tiempo: vieron en seguida que allí no venían ni Eurídice, ni Dulcinea, ni un barril de vino. Se fue cada uno por su lado mientras yo me devanaba los sesos por saber qué sería aquello. Tenía luces que se encendían y apagaban, y parecía respirar. Fue más tarde, cuando empezó a modificarse la vida en la isla, cuando descubrí que se trataba de un ordenador, cerebro electrónico o algo semejante. Lo sabía todo; yo no, claro, hablo de la máquina. Siempre era una compañía. Lo peor fue que nuestra hermosa anarquía se acabó. Orfeo sólo podía llorar a ciertas horas, el pajarillo de Don Quijote fue acusado de transmitir la psitacosis (y no era un loro, lo juro), y Sancho Panza tuvo que dejar de lado los refranes y aprender inglés. En cierto modo, con esta y otras modificaciones salimos ganando, pero quedó en todos nosotros una inquietud que era casi una enfermedad y que la computadora no sabía curar. Fue esa, si no recuerdo mal, su única demostración de ignorancia.
Me cuesta decir lo que hizo conmigo la computadora. Me demostró que estaba equivocado en todo lo que había sido mi razón de ser y de existir. Me demostró que el capitán del barco había tenido motivos sobrados para echarme y que la isla desierta no era tal, porque ella, la computadora, estaba allí. Que el hombre (el hombre en general, y no yo en particular) es sólo un ser ridículo cuando (o sobre todo cuando) llora, sufre, ríe o sueña.
De manera que me morí. El ordenador sigue allá. Pero tengo grandes esperanzas. Si Dulcinea gana cuerpo y Eurídice resucita, este mundo aún será capaz de resultar habitable.

SARAMAGO, José. En El equipaje del viajero.

sábado, 17 de enero de 2009

EL FILÓSOFO ES ...


El filósofo es un manifestarse del taller de la naturaleza.

El filósofo y el artista hablan de los secretos artesanos de la naturaleza.
La esfera del filósofo y del artista vive más allá del tumulto de la historia contemporánea, al margen de la necesidad.
El filósofo como freno de la rueda del tiempo.
Los filósofos aparecen en las épocas de gran peligro, cuando la rueda gira más veloz; ellos y el arte ocupan el lugar del mito en trance de desaparición. Ahora bien, se encuentran muy delante, ya que la atención de sus contemporáneos se dirige lentamente hacia ellos.
El pueblo consciente de sus peligros produce el genio - el filósofo-.

NIETZSCHE, Friedrich. En El libro del filósofo. Aforismo 24

viernes, 16 de enero de 2009

PENSAMIENTOS...para reflexionar


Felices aquellos que sueñan sueños y están dispuestos
a pagar el precio para hacerlos realidad.

León J. Suenens


El respeto de sí mismo es el principal freno de los vicios.

Francis Bacon


La esperanza es, tal vez, la tela misma de que nuestra alma está formada.

Gabriel Marcel


El pensamiento creativo exige un acto de fe.

Goethe


Vale más estar loco de alegría que de tristeza;
vale más bailar torpemente que andar renqueando.

Friedrich Nietzsche


El respeto de sí mismo es el principal freno de los vicios.

Albert Einstein

jueves, 15 de enero de 2009

LADRÓN DE SÁBADO -cuento-


LADRÓN DE SÁBADO

Cuento
Autor: Gabriel García Márquez


Hugo, un ladrón que sólo roba los fines de semana, entra en una casa un sábado por la noche. Ana, la dueña, una treintañera guapa e insomne empedernida, lo descubre in fraganti. Amenazada con la pistola, la mujer le entrega todas las joyas y cosas de valor, y le pide que no se acerque a Pauli, su niña de tres años. Sin embargo, la niña lo ve, y él la conquista con algunos trucos de magia. Hugo piensa: "¿Por qué irse tan pronto, si se está tan bien aquí?" Podría quedarse todo el fin de semana y gozar plenamente la situación, pues el marido -lo sabe porque los ha espiado- no regresa de su viaje de negocios hasta el domingo en la noche. El ladrón no lo piensa mucho: se pone los pantalones del señor de la casa y le pide a Ana que cocine para él, que saque el vino de la cava y que ponga algo de música para cenar, porque sin música no puede vivir.

A Ana, preocupada por Pauli, mientras prepara la cena se le ocurre algo para sacar al tipo de su casa. Pero no puede hacer gran cosa porque Hugo cortó los cables del teléfono, la casa está muy alejada, es de noche y nadie va a llegar. Ana decide poner una pastilla para dormir en la copa de Hugo. Durante la cena, el ladrón, que entre semana es velador de un banco, descubre que Ana es la conductora de su programa favorito de radio, el programa de música popular que oye todas las noches, sin falta. Hugo es su gran admirador y, mientras escuchan al gran Benny cantando Cómo fue en un casete, hablan sobre música y músicos. Ana se arrepiente de dormirlo pues Hugo se comporta tranquilamente y no tiene intenciones de lastimarla ni violentarla, pero ya es tarde porque el somnífero ya está en la copa y el ladrón la bebe toda muy contento. Sin embargo, ha habido una equivocación, y quien ha tomado la copa con la pastilla es ella. Ana se queda dormida en un dos por tres.

A la mañana siguiente Ana despierta completamente vestida y muy bien tapada con una cobija, en su recámara. En el jardín, Hugo y Pauli juegan, ya que han terminado de hacer el desayuno. Ana se sorprende de lo bien que se llevan. Además, le encanta cómo cocina ese ladrón que, a fin de cuentas, es bastante atractivo. Ana empieza a sentir una extraña felicidad.

En esos momentos una amiga pasa para invitarla a comer. Hugo se pone nervioso pero Ana inventa que la niña está enferma y la despide de inmediato. Así los tres se quedan juntitos en casa a disfrutar del domingo. Hugo repara las ventanas y el teléfono que descompuso la noche anterior, mientras silba. Ana se entera de que él baila muy bien el danzón, baile que a ella le encanta pero que nunca puede practicar con nadie. Él le propone que bailen una pieza y se acoplan de tal manera que bailan hasta ya entrada la tarde. Pauli los observa, aplaude y, finalmente se queda dormida. Rendidos, terminan tirados en un sillón de la sala.

Para entonces ya se les fue el santo al cielo, pues es hora de que el marido regrese. Aunque Ana se resiste, Hugo le devuelve casi todo lo que había robado, le da algunos consejos para que no se metan en su casa los ladrones, y se despide de las dos mujeres con no poca tristeza. Ana lo mira alejarse. Hugo está por desaparecer y ella lo llama a voces. Cuando regresa le dice, mirándole muy fijo a los ojos, que el próximo fin de semana su esposo va a volver a salir de viaje. El ladrón de sábado se va feliz, bailando por las calles del barrio, mientras anochece.

miércoles, 14 de enero de 2009

LA MUJER QUE YO AMO -cuento-

LA MUJER QUE YO AMO


La mujer que yo amo...la mujer que yo amo, poco a poco...se ha ido convirtiendo en un fantasma y yo en el lugar de sus apariciones.

ARREOLA, Juan José. En palabras abiertas.


martes, 13 de enero de 2009

VALOR POÉTICO - Filosofía


VALOR POÉTICO

AUTOR: FRIEDRICH HÖLDERLIN


¿No estás ligado a todos los vivos?
¿No te nutre la Parca en su propio
beneficio? Ve, atraviesa la vida
sin armas, pues nada debe atemorizarte.

Bendice cuanto te sucede,
sé propenso a la alegría. ¿Qué podría
ofender tu corazón? ¿Qué impide
que sigas marchando en tu camino?

Pues desde que la poesía brotó de humanos labios
propagando la paz,
desde el día en que nuestro canto
benéfico en el dolor y la alegría,
regocija el corazón de los hombres,

también a nosotros, poetas del pueblo,
nos gusta mezclarnos con lo viviente,
con el amistoso gentío; felices, amigos de todos,
abiertos a cada uno. Tal
nuestro antepaso, el dios Sol,

a ricos y pobres da su gozosa luz
y, mientras el tiempo huye, nos ayuda,
efímeros como somos, a seguir en pie
con su andador dorado, así como nosotros
guiamos los pasos infantiles.

Y cuando llega la hora, es esperado
recibido por oleaje púrpura. Entonces,
sabiendo que todo es pasajero,
va declinando, con ánimo invariable

¡Que así perezca nuestra alegría
cuando suene la hora y el espíritu triunfe;
que así se hunda en la grave plenitud de la vida,
y tenga tan hermosa muerte!


&


El valor poético de Friedrich Hölderlin está ligado a la intimidad del hombre. Esta intimidad es una constante vivencia en la interacción con las cosas y una apertura al diálogo a la luz de la Historia; la intimidad del goce poético es la mediación entre lo sagrado y lo humano a través de la palabra. El hombre está ligado a las cosas y las aprehende para sí, indagando por el sentido y haciéndolo inteligible. El hombre es el ser poético e histórico que está abierto al otro, guiando al pasajero en la creatividad, plenitud de la vida. / LIR

lunes, 12 de enero de 2009

EL ELEFANTE Y LOS CIEGOS - Filosofía

EL ELEFANTE Y LOS CIEGOS

"El Rey se volvió a los ciegos de nacimiento y les dijo:

- "¡Oh ciegos! ¿Os he mostrado ya el elefante?" - "Sí, majestad, nos has mostrado ya el elefante". - "Decidme entonces, ciegos: ¿cómo es un elefante?"

Aquellos de entre los ciegos de nacimiento que habían examinado la cabeza del elefante dijeron: -"Un elefante es como un caldero".

Aquellos que habían examinado la oreja del elefante dijeron: -"Un elefante es como un abanico". Los que habían examinado el colmillo dijeron: -"un elefante es como la reja de un arado".

Y lo mismo ocurrió con los demás. Según hubieran examinado el lomo, el pie, el rabo, o la punta de los pelos del rabo, compararon el elefante con un granero, un pilar, un almirez, una estaca o una escoba".

Santos, Martín. En "Diez lecciones de Epistemología".


&


Este texto nos ilustra la dependencia entre nuestra imagen de la realidad y el enfoque con el que nos aproximamos a ella. El hombre está inmerso en la realidad y se acerca a ella para indagar y construir su visión personal e histórica.

domingo, 11 de enero de 2009

HABLA EL MARTILLO - Filosofía

HABLA EL MARTILLO [1]


"¡Por qué tan duro! - dijo en otro tiempo el carbón de cocina al diamante; ¿no somos parientes cercanos?" -
¿Por qué tan blandos? Oh hermanos míos, así os pregunto yo a vosotros: ¿no sois vosotros - mis hermanos?
¿Por qué tan blandos, tan poco resistentes y tan dispuestos a ceder? ¿Por qué hay tanta negación, tanta renegación en vuestro corazón? ¿Y tan poco destino en vuestra mirada?
Y si no queréis ser destinos ni inexorables: ¿cómo podríais - vencer conmigo?
Y si vuestra dureza no quiere levantar chispas y cortar y sajar: ¿cómo podríais algún día - crear conmigo?
Los creadores son duros, en efecto. Y bienaventuranza tiene que pareceros el imprimir vuestra mano sobre milenios como si fuese cera, -
- bienaventuranza, escribir sobre la voluntad de milenios como sobre bronce, - más duros que el bronce, más nobles que el bronce. Sólo lo totalmente duro es lo más noble de todo.
Esta nueva tabla, oh hermanos míos, coloco yo sobre vosotros: ¡haceos duros! -



[1] Nietzsche, Friedrich. En "Así habló Zaratustra". De las tablas viejas y nuevas. Aforismo 29.

sábado, 10 de enero de 2009

PENSAMIENTOS...para reflexionar



El filósofo prisionero de las redes del
lenguaje.

Friedrich Nietzsche


El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona.

Friedrich Hölderlin


No sirve de nada ir siempre recto si uno no sabe a dónde va. Tan sólo se es feliz cuando se marcha en la dirección correcta.

Antoine de Saint-Exupéry



viernes, 9 de enero de 2009

DESPERTAR AL HOMBRE - Literatura

DESPERTAR AL HOMBRE


Autor: ERNESTO SABATO [1]


Decía Donne que nadie duerme en la carreta que lo conduce de la cárcel al patíbulo, y que sin embargo todos dormimos desde la matriz hasta la sepultura, o no estamos enteramente despiertos.
Una de las misiones de la gran literatura: despertar al hombre que viaja hacia el patíbulo.


[1] Sabato, Ernesto. "El escritor y sus fantasmas"

jueves, 8 de enero de 2009

DE LAS TRANSFORMACIONES - Filosofía

DE LAS TRANSFORMACIONES[1]


Tres transformaciones del espíritu os menciono: cómo el espíritu se convierte en camello, y el camello en león, y el león, por fin, en niño.

Hay muchas cosas pesadas para el espíritu, para el espíritu fuerte, paciente, en el que habita la veneración: su fortaleza demanda cosas pesadas, e incluso las más pesadas de todas.

¿Qué es pesado? Así pregunta el espíritu paciente, y se arrodilla, igual que el camello, y quiere que se le cargue bien.

¿Qué es lo más pesado, héroes? Así pregunta el espíritu paciente, para que yo cargue con ello y mi fortaleza se regocije.

¿Acaso no es: humillarse para hacer daño a la propia soberbia? ¿Hacer brillar la propia tontería para burlarse de la propia sabiduría?

¿O acaso es: apartarnos de nuestra causa cuando ella celebra su victoria? ¿Subir a altas montañas para tentar al tentador?

¿O acaso es: alimentarse de las bellotas y de la hierba del conocimiento y sufrir hambre en el alma por amor a la verdad?

¿O acaso es: estar enfermo y enviar a paseo a los consoladores, y hacer amistad con sordos, que nunca oyen lo que tú quieres?

¿O acaso es: sumergirse en agua sucia cuando ella es el agua de la verdad, y no apartar de sí las frías ranas y los calientes sapos?

¿O acaso es: amar a quienes nos desprecian y tender la mano al fantasma cuando quiere causarnos miedo?

Con todas estas cosas, las más pesadas de todas, carga el espíritu paciente: semejante al camello que corre al desierto con su carga, así corre él a su desierto.

Pero en lo más solitario del desierto tiene lugar la segunda transformación: en león se transforma aquí el espíritu, quiere conquistar su libertad como se conquista una presa, y ser señor en su propio desierto.

Aquí busca a su último señor: quiere convertirse en enemigo de él y de su último dios, con el gran dragón quiere pelear para conseguir la victoria.

¿Quién es el gran dragón, al que el espíritu no quiere seguir llamando señor ni dios? “Tú debes” se llama el dragón. Pero el espíritu del león dice “yo quiero”.

“Tú debes” le cierra el paso, brilla como el oro, es un animal escamoso, y en cada una de sus escamas brilla áureamente el “¡Tú debes!”

Valores milenarios brillan en esas escamas, y el más poderoso de todos los dragones habla así: “todos los valores de las cosas –brillan en mí”.

“Todos los valores han sido ya creados, y yo soy – todos los valores creados. ¡En verdad, no debe seguir habiendo ningún `Yo quiero`”. Así habla el dragón.

Hermanos míos, ¿para qué se precisa que haya el león en el espíritu? ¿Por qué no basta la bestia de carga, que renuncia a todo y es respetuosa?

Crear valores nuevos – tampoco el león es aún capaz de hacerlo: mas crearse libertad para un nuevo crear – eso sí es capaz de hacerlo el poder del león.

Crearse libertad y un no santo incluso frente al deber: para ello, hermanos míos, es preciso el león.

Tomarse el derecho de nuevos valores – ése es el tomar más horrible para un espíritu paciente y respetuoso. En verdad, eso es para él robar, y cosa propia de un animal de rapiña.

En otro tiempo el espíritu amó el “tú debes” como su cosa más santa: ahora tiene que encontrar ilusión y capricho incluso en lo más santo, de modo que robe el quedar libre de su amor: para ese robo se precisa el león.

Pero decidme, hermanos míos, ¿qué es capaz de hacer el niño que ni siquiera el león ha podido hacerlo? ¿Por qué el león rapaz tiene que convertirse todavía en niño?

Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo decir sí.

Sí, hermanos míos, para el juego del crear se precisa un santo decir sí: el espíritu quiere ahora su voluntad, el retirado del mundo conquista ahora su mundo.

Tres transformaciones del espíritu os he mencionado: cómo el espíritu se convirtió en camello, y el camello en león, y el león, por fin, en niño. -- --

Así habló Zaratustra. Y entonces residía en la ciudad que se llamaba: La Vaca Multicolor.


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En el siglo XIX apareció la gran figura de la Filosofía, Friedrich Nietzsche (1844 – 1900), cuyo pensar giró entorno a la exaltación de lo vital y afectivo e hizo frente al racionalismo hegeliano y al positivismo.

Su trayectoria filosófica conllevó una crítica a los conceptos de la cultura occidental –filosofía, religión, moral, política -, e intentó una profunda comprensión de la vida. El filósofo tendrá que reflexionar sobre la vida y desenmascarar aquellas ideas tradicionales. El filósofo no podrá seguir cargando aquellos conceptos socráticos, platónicos ni medievales.

Ahora bien, a partir del texto “De las transformaciones”, en primera instancia, el camello lleva como carga los valores establecidos, la carga de la moral, la carga de la cultura y de la educación. El camello –como animal de carga- obedece la autoridad del amo, se inclina y no se queja de la pesada carga. Es sumiso y se limita a rumiar, a seguir el camino.

En segunda instancia, el camello se convierte en león. El hombre está cansado de soportar la carga y se revela contra el amo y destruye aquellos valores establecidos. Es aquí cuando surge el león, el hombre como ser crítico de sí mismo. No bastan los conceptos del racionalismo. El león impone su fuerza – su voluntad – “mas crearse libertad para un nuevo crear” –, un nuevo hombre, el superhombre.

Finalmente, el león se convierte en niño – un ser capaz de crear -. La inocencia es la fuente de la creación y el sendero capaz de proyectar nuevos valores y nuevas estructuras con auténtica libertad.

El niño es juego, un nuevo comienzo, creador de nuevos valores: “el espíritu quiere ahora su voluntad, el retirado del mundo conquista ahora su mundo”. Con razón, el niño es la manifestación de la vida. / LIR


[1] Nietzsche, Friedrich. En "Así habló Zaratustra" - De las tres transformaciones -.

miércoles, 7 de enero de 2009

Camino al aula - LITERATURA

UNA APROXIMACIÓN A LA LITERATURA(2)


La Literatura es siempre una
expedición a la verdad.

Franz Kafka

El hombre se realiza existiendo y proyectando una imagen positiva del “mundo de la vida”. El quehacer humano es constante y vislumbra posibilidades de ser. El hombre debe saber cuestionar. O como dice Martín Heidegger, “saber cuestionar significa saber esperar, aunque sea toda una vida”.
Toda creación humana es una “construcción” que genera una comunicación, un diálogo, una apertura a seguir ideando el propio discurso, que se produce en la realidad humana. Con razón dice Heidegger, “el hombre no es nada, sino lo que hace de sí mismo; este hombre es el dueño de sí y sobre él descansa la responsabilidad total de su existencia”.
El discurso personal es la postura inteligible de la proyección de la obra de arte a través de la palabra. Con razón la Literatura “es una forma de la alegría, porque con ella se está gozando y se estará oyendo la voz de alguien, la voz del autor, esa voz que llega a nosotros” – nos comenta Jorge Luis Borges.
La Literatura es la expresión de la vida y se hace vida en las imágenes proyectadas. Pero la sociedad está en crisis y el protagonista está alejado de sí mismo, de los valores y de las esperanzas. El hombre está adormecido por las circunstancias industrialistas y por los avances tecnológicos. Hoy, el ser humano es un ser productor de mercancías, que vive con el signo de la violencia y está atravesado por la frivolidad del consumismo.
El quehacer filosófico está determinado en saber esperar y saber despertar del letargo intelectual, proyectando al hombre a la rebelión contra esa “cultura de la violencia”. El hombre es pregunta. El hombre está ahí para saber cuestionar. / LIR

martes, 6 de enero de 2009

CANCIÓN DE LA VIDA PROFUNDA - Literatura

CANCIÓN DE LA VIDA PROFUNDA


Autor: PORFIRIO BARBA JACOB [1]


El hombre es cosa vana, variable y ondeante...


Montaigne



Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,

como las leves briznas al viento y al azar...

Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonría...

La vida es clara, undívaga y abierta como un mar...


Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,

como en abril el campo, que tiembla de pasión:

bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,

el alma está brotando florestas de ilusión.


Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,

como la entraña obscura de obscuro pedernal:

la noche nos sorprende, con sus profusas lámparas,

en rútilas monedas tasando el Bien y el Mal.


Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos...

-¡niñez en el crepúsculo! ¡lagunas de zafir!-

que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,

¡y hasta las propias penas! Nos hacen sonreír...


Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos...

que nos depara en vano su carne la mujer:

tras de ceñir un talle y acariciar un seno,

la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.


Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,

como en las noches lúgubres el llanto del pinar:

el alma gime entonces bajo el dolor del mundo,

y acaso ni Dios mismo nos pueda consolar.


Mas hay también ¡oh Tierra! Un día... un día... un día

en que levamos anclas para jamas volver:

un día en que discurren vientos ineluctables...

¡un día en que ya nadie nos puede retener!




[1] Del texto "Antología".



El poeta consideraba perfecta esta obra, pues decía que en ella expresaba su concepción del mundo, su emoción, su alarido, la robustez varonil de su alma en el dolor de la vida…