domingo, 30 de agosto de 2009

DESILUSIÓN...

Escuché el eco de tu voz silenciosa y pensativa

como la luna en el firmamento...

Sentí miedo, corrí con el pensamiento,

no estabas allí...

Temblé al instante como el viejo árbol

golpeado por el impaciente rayo...

Una potente luz me arrojó,

caí de bruces como un niño,

una gota de agua me reanimó,

caminaba en mi angustia existencial...

Me sentí desprotegido, abatido,

la lluvia me abrazaba y consolaba,

la naturaleza castigaba al destructor,

al ciego vivo de corazón...

El agua corría a borbotares por el cuerpo

dispuesta a castigar al hombre,

una luz en la oscuridad,

una razón en la sinrazón...

El eco continuó taladrando en la mente

preguntando por el sentido y

la respuesta fue un soplo de sinsentido...

Me incorporé por un instante,

mi carne temblaba como el alma,

desorientado me aferré al árbol

de la vida que lloraba como niño

la pérdida de su savia...

Las ramas se secaron,

los pensamientos se quemaron,

quedó brillando la imagen de una desilusión...

Por Luis I. Rodríguez

viernes, 28 de agosto de 2009

LA FUERZA MARINA



El olor azul marino produjo una fantasía
al verte llamando en la copa de la ola,
sus encantos despedían tranquilidad
y dulzura en el silencio de mi alma.

Escuchabas la vibración del tenor marino
invocando la alegría del devenir hádico,
oh frágil cristal humano que rompió
los pétalos del amor en llanto.

La Mar mecía sus alas hambrientas,
extendía sus brazos acariciando la soledad,
la angustia brotó del alma bullente,
un vaivén estalló en sonora tempestad.

Y la Mar sonreía acariciando mi cuerpo
como el águila con su esbelto vuelo
oteando la inmensidad del silencio y la ternura,
dando un mensaje de libertad al mundo entero.

Y la fuerza marina siguió danzando
en figura absorvente y pensativa,
el túnel de la vida yace dormido,
esperando el fruto de la Mar embravecida.

Por Luis I. Rodríguez

jueves, 27 de agosto de 2009

HOJA DE VIDA...



El austro acarició mis sentimientos,
suavizó el reflejo de una ilusión naciente
de aquel árbol sediento de sabiduría.
Las ramas se mecían silenciosas,
abrumadas por la calma natural,
un impulso extraño arrebató la ansiedad,
un abrumador suspiro me interrogó,
lentamente recobré el aliento.
Enmudecí al instante,
observando el ambiente
una hoja cayó sobre mi ser,
temblando surcaba mi horizonte,
iba y venía, mas no la pude asir,
el reflejo de su envés me inquietó,
su pasión derramó el verdor esperanza
de la substancia real en mi propio ser.
La hojarasca permanecía inquieta y
y el haz me invitaba a seguir su huella,
su lejanía reverdeció en mi mente,
el aire estremeció el valor del
silencio en el interior del ser.
Una hoja de vida sigue luchando
por no perder el valor de su esencia
en un mundo lleno de superficialidad.


Por Luis I. Rodríguez

sábado, 22 de agosto de 2009

LOS CAMELLOS - Guillermo Valencia -

Lo triste es así...

Peter Altenberg

Dos lánguidos camellos, de elásticas cervices,
de verdes ojos claros y piel sedosa y rubia,
los cuellos recogidos, hinchadas las narices,
a grandes pasos miden un arenal de Nubia.

Alzaron la cabeza para orientarse, y luego
el soñoliento avance de sus vellosas piernas
—bajo el rojizo dombo de aquel cénit de fuego—
pararon silenciosos, al pie de las cisternas...

Un lustro apenas cargan bajo el azul magnífico,
y ya sus ojos quema la fiebre del tormento;
tal vez leyeron, sabios, borroso jeroglífico
perdido entre las ruinas de infausto monumento.

Vagando taciturnos por la dormida alfombra,
cuando cierra los ojos el moribundo día,
bajo la virgen negra que los llevó en la sombra,
copiaron el desfile de la Melancolía...

Son hijos del desierto: prestóles la palmera
un largo cuello móvil que sus vaivenes finge,
y en sus marchitos rostros que esculpe la Quimera
¡sopló cansancio eterno la boca de la Esfinge!

Dijeron las Pirámides que el viejo sol rescalda:
«Amamos la fatiga con inquietud secreta...»
y vieron desde entonces correr sobre su espalda,
tallada en carne viva, su triangular silueta.

Los átomos de oro que el torbellino esparce
quisieron en sus giros ser grácil vestidura,
y unidos en collares por invisible engarce
vistieron del giboso la escuálida figura...

Todo el fastidio, toda la fiebre, toda el hambre,
la sed sin agua, el yermo sin hembras, los despojos
de caravanas... huesos en blanquecino enjambre...
todo en el cerco bulle de sus dolientes ojos.

Ni las sutiles mirras, ni las leonadas pieles,
ni las volubles palmas que riegan sombra amiga,
ni el ruido sonoro de claros cascabeles
alegran las miradas del rey de la fatiga.

¡Bebed dolor en ellas, flautistas de Bizancio,
que amáis pulir el dáctilo al son de las cadenas;
sólo esos ojos pueden deciros el cansancio
de un mundo que agonia sin sangre entre las venas!

¡Oh, artistas! ¡Oh, camellos de la llanura vasta
que vais llevando a cuestas el sacro monolito!
¡Tristes de esfinge! ¡Novios de la palmera casta!
¡Sólo calmáis vosotros la sed de lo infinito!

¿Qué pueden los ceñudos? ¿Qué logran las melenas
de las zarpadas tribus cuando la sed oprime?
Sólo el poeta es lago sobre este mar de arenas,
sólo su arteria rota la Humanidad redime.

Se pierde ya a lo lejos la errante caravana
dejándome —camello que cabalgó el Excidio...—
¡Cómo buscar sus huellas al sol de la mañana,
entre las ondas grises del lóbrego fastidio!

¡No! Buscaré dos ojos que he visto, fuente pura
hoy a mi labio exhausta, y aguardaré paciente
hasta que suelta en hilos de mística dulzura
refresque las entrañas del lírico doliente.

Y si a mi lado cruza la sorda muchedumbre
mientras el vago fondo de esas pupilas miro,
dirá que vio un camello con onda pesadumbre
mirando, silencio, dos fuentes de zafiro.

VALENCIA, Guillermo. Los camellos. Poema.

viernes, 21 de agosto de 2009

EL FILÓSOFO - Nicolás Suescún -


Está el filósofo en la foto
en blanco y negro
contra un fondo de árboles
con grandes flores blancas,
o bajo un cielo poblado
de enormes estrellas?
¿Y está él iluminado,
muy blanca su camisa
y su mata de pelo,
por el sol, o bajo la luz,
muy blanca, de la luna?
¿Y qué esta explicando
con esa mano fuerte, levantada?
¿Acaso que la realidad
tiene dos o más explicaciones
pero es una misma realidad?
Pues solo la foto, y él la explica
sin darse cuenta
—su trabajo es explicar
incansablemente
el ser y el mundo—
nos demuestra
que la luz de la luna
es la misma —reflejada—
luz del sol, que la ilumina.

SUESCÚN, Nicolás. El filósofo. Poema.

miércoles, 19 de agosto de 2009

MUSGOS - Diego Uribe -


De pocos años ellos, de pocos años ella,
son cuatro, y al mirarlos de cerca se adivina
que en esos rostros pálidos el sol dejó sus huellas,
y en esos pies la punzadora espina.

Treparon de los montes por las tendidas faldas,
salvaron los abismos, rodearon las laderas,
y luego descendieron trayendo a las espaldas
el musgo de los riscos y flores montañeras.

Así miré a los niños con la pesada carga
sobre su espalda débil al declinar el día,
con los harapos húmedos y la sonrisa amarga
parados en la puerta de la floristería.

Detuve el paso: el viento, selváticos aromas
al esparcir me dijo de las tupidas breñas,
de los gigantes árboles, de las tendidas lomas,
de las casitas blancas sobre las altas peñas.

Me dijo de las chozas que oculta la espesura,
de los peligros serios cuando se encrespa el río,
de las tormentas sordas y de la noche oscura,
del viento, de la lluvia, del ábrego, y del frío.

Y me hizo ver el cielo de vastos horizontes,
y bajo un sol radiante que sus fulgores riega,
con los cansados niños que luchan en los montes,
la turba de los niños que entre los parques juega.

Y dije al ver perderse la frágil caravana
en la penumbra vaga del horizonte oscuro:
¡qué lote tan amargo para su edad temprana!
son todavía muy niños para luchar tan duro.

Desde esa tarde, siempre que en la bullente fiesta,
en profusión se mezclan perfumes y colores,
con las vibrantes notas de la sonora orquesta,
y el verde gris del musgo con las pintadas flores.

O en el banquete regio, cuando la risa asoma
y tiñe de topacio las copas el champaña,
penetrante me llega algún aroma y
aislado de musgos de los riscos y flores de montaña.

Oh, vuelvo a ver los niños con la pesada carga
sobre su espalda débil al declinar el día,
con los harapos húmedos y la sonrisa amarga
parados en la puerta de la floristería.

URIBE, Diego. Musgos. Poema.

lunes, 17 de agosto de 2009

AMOR Y VIDA...


Espero estar sintiendo la serenidad
para descubrir el misterio de la vida.
Gritar a viva voz el sentido de mi ser y
enseñar el valor de una gota de rocío...

El pensamiento se estremece en sentimientos.
En el laberinto se esconde un misterio:
la locura sondea al pensador
de la figura pausada e hiperbólica del navegante
que zarpa a la Mar Infinita...

Al mirar el azul grisáceo,
despierta el hombre con robustez y alegría,
un camino en el abismo montañoso
emerge cual hilo centelleante, Luz de la Verdad...

El sol abrasador regocija el cosmos,
sus rayos energizan la vida.

El hombre levanta la mirada al Infinito:
una voz llama en lejanía,
un misterio recorre el cuerpo cual gota fría,
Alguien vino a la dulce compañía...

Una zarza ardiente flota en el horizonte...

Una nave se acerca misteriosa,
una luz radiante despierta al caminante...

¡Oh, El Amor, La Verdad y La Vida!

Por Luis I. Rodríguez

sábado, 15 de agosto de 2009

EL VOLCÁN ESCÉNICO




Recordé tus caricias con la brisa matutina,
tus resplandecientes rayos de luna danzaron
como una melodía en plena fantasía,
tus palabras fortalecieron mi pensamiento.

Sentí tu profunda mirada expectante
en la oscilación de una radiante sonrisa,
así el árbol mecía sus hermosas ramas
en armonía con la viviente naturaleza.

Abrí mis brazos y llené mi vacío
con el recuerdo de tus pensamientos,
el volcán escénico yacía dormido
contemplando el estado natural de tu ser.

Asombrado al sentir tu presencia
escuché la melodía de un sentimiento,
el néctar de tu mirada deshojó
el misterio de la rosa en mi aposento.

Vigorizado con tus ondulaciones corporales,
un rayo de luz rozó los sentimientos y
las hojas del árbol cayeron lentamente
como la pluma angustiada de mis pensamientos.

Por Luis I. Rodríguez

martes, 11 de agosto de 2009

EL MILAGRO PEQUEÑO - Alejandro Casona -



Aquella pobre niña
que aún no tenía senos...

Y la niña lloraba:
Yo quiero tener senos.
Señor, haz un milagro:
un milagro pequeño.

Pero Dios no la oía,
allá arriba, tan lejos...

Y cogió dos palomas,
se las puso en el pecho...
Pero las dos palomas
levantaron el vuelo.

Y cogió dos estrellas,
se las puso en el pecho...
Las estrellas temblaron
y se apagaron luego.

Y cogió dos magnolias,
se las puso en el pecho...
Las dos magnolias blancas
deshojaron sus pétalos.

Y cogió dos panales,
se los puso en el pecho...
Y la miel y la cera
se helaron en el viento.

¡Un milagro, Señor,
un milagro pequeño!

Pero Dios no la oía,
allá arriba, tan lejos.

Y un día fue el amor;
se le entró pecho adentro
¡y se sintió florida!
Le nacieron dos senos
con pico de paloma,
con temblor de luceros,
como magnolias, blancos;
como panales, llenos.

¡Igual que dos milagros...
pequeños!

CASONA, Alejandro. El milagro pequeño. Poema.

lunes, 10 de agosto de 2009

LLUVIA SILENCIOSA




La lluvia silenciosa se refleja en mi espejo
y corre presurosa en la límpida piel,
cae misteriosa y sigilosa con la brisa
en los bosques del alma entristecida
como aquella espuma del cristal
decidida a limpiar el interior
de un fugitivo manantial humano que
lamenta el idilio natural en
las rupestres paredes del silencio...
Parece despertar al indefenso y pensativo
en el río caudaloso de la tristeza,
un grito retumba en la noche borrascosa
llamando un pensamiento fugaz,
los pájaros volaron de los árboles,
silenciosos y asustados...
Y el espíritu escucha la voz
del silencio con nubarrones de agonía.
Se pregunta aquel absorto peregrino
de la noche por la luz en la penumbra
y un frío recorre el cuerpo húmedo
del espíritu de la naturaleza
en la vivacidad armoniosa
de la floración de un sentimiento...

La brisa danza un torbellino de ilusión
al vaivén de la serena noche, un manjar de vida...

Por Luis I. Rodríguez

viernes, 7 de agosto de 2009

ERES...



Eres el camino del amor,
la libertad y la paz interior.

Eres el manantial de vida
que cautiva al peregrino.


Eres la palabra llena de plenitud
en el libro de la vida.

Eres la flor que irradia belleza
a la luz de las palabras.


Eres la magia de una mirada que arrastra
la carroza de la locura
en el hálito sereno de ensoñación.

Eres la sombra que sigue mi camino
en el peregrinar hacia la cima de la montaña que guarda
el misterio
encantado de la iluminación, la luz.

Eres el camino en el mundo de la vida,
trascendencia en el pensar.


Eres la razón de ser de mi existencia,

fuego abrazador que consume mi la hojarasca.

Eres el silencio embriagador que interroga

el paso de los rayos de luna.


Eres el misterio de una mirada cautivante,

enriquecedora en la proyección de vida.


Eres la lámpara de vida llena de ternura
que muestra el camino al doliente.


Eres una perla misteriosa que guarda su belleza
para asombrar y
cautivar al buscador.

Eres vida enriquecedora

de pensamientos inquietantes.


Eres el tierno amanecer
con
los trinos penetrantes de vivencias.

Eres un espejismo que cuestiona
al hombre investigador.

Eres un oasis lleno de locura,
camino del filosofar.


Eres una palabra, una canción,
una poesía, un verso...

¡Oh Sabiduría...!
Por Luis I. Rodríguez

miércoles, 5 de agosto de 2009

A TI, ÓLEO DE VIDA...




Eres parte de mi ser, en el silencio,
el amor íntegro se desborda
en el vaso de la alegría, cantando
aquellos
versos llenos de sonrisas, en nuestro quehacer...

Tu ser está integrado en mi ser,
tus pensamientos una luz viviente,

aroma de las rosas encendidas
en
la alcoba de mi alma, una ilusión...

Tu amor es una pintura azul viva
del pintor del alma en el infinito,
tus colores majestuosos en espectacular óleo
lleno de vivaces sonrisas e ilusiones, el pincel...

Eres una obra maestra del Creador,

profundidad del amor intenso
que en armonía irradia los crepúsculos
de las estrellas en reflejos, el pensamiento...


Eres fuente de emociones compartidas,
manantial de agua viva para tus valientes hijos,
guía consoladora del impaciente misterio
en el silencio del palmar, un sentimiento...

Eres la fuente cristalina,
ancla fortalecida en el trasegar de vida,
luchadora infatigable contra el dolor
de aquel ebrio de amor en el trigal, el ser...


Eres una luna de rayos seductores,
fortaleza en mi anhelante mundo,

tu ronca voz calma al indefenso caminante
con el dulce néctar de tus labios, el amor...

Eres la figura plasmada
en el óleo del cuadro de la vida,
el viento sedujo tu mirada en la arcada
como aquel ruiseñor en el árbol, el óleo de vida...

Por Luis I. Rodríguez

martes, 4 de agosto de 2009

AMOR PROHIBIDO - César Vallejo -



Subes centelleante de labios y de ojeras!
Por tus venas subo, como un can herido
que busca el refugio de blandas aceras.
Amor, en el mundo tú eres un pecado!
Mi beso en la punta chispeante del cuerno
del diablo; mi beso que es credo sagrado!
Espíritu en el horópter que pasa
¡puro en su blasfemia!
¡el corazón que engendra al cerebro!
que pasa hacia el tuyo, por mi barro triste.
¡Platónico estambre
que existe en el cáliz donde tu alma existe!
¿Algún penitente silencio siniestro?
¿Tú acaso lo escuchas? Inocente flor!
… Y saber que donde no hay un Padrenuestro,
el Amor es un Cristo pecador!

VALLEJO, César. Amor prohibido. Poesía.

domingo, 2 de agosto de 2009

VIBRACIÓN...



Mis sentimientos
abren la puerta de tu ser.

Mis pensamientos
fortalecen tu espíritu,

Mis palabras
calman tu ser de amor.

Mis manos
descubren el imán de tu cuerpo.

Mi cuerpo
se funde con el tuyo en el infinito.

Mi poesía
es filosofía de vida...

Por Luis I. Rodríguez

sábado, 1 de agosto de 2009

LA POESÍA ES LA VIVENCIA DEL ALMA


“La Poesía es el camino de la vida

en el apremiante trascender”.


La ‘palabra’ es la magia de la Poesía. La vida del hombre está llena de creación e ingenio. Ella es el crecimiento de ‘sentidos’ en el fundamento del existir. La Poesía es vida y se hace vida en el contexto individual y colectivo. Ella guarda en su intimidad la musicalidad de la naturaleza y la entonación vibradora del pensar cotidiano.

La Poesía es la oscilación y la proyección del no - ser en el ser, del sin sentido en el sentido, de lo inhumano en lo humano... Cada verso es la vibración del alma que lucha por el sendero obscuro que acompaña al solitario caminante en la búsqueda del Supremo Ser.

Por la Poesía asistimos a la sublime expresión de la ‘utopía’. ¡Quién no piensa ‘utopías’! Vivimos acompañados y guiados por el pensamiento poético de Fernando Pessoa. Por eso, la invitación proyecta la imagen de “Para ser grande, sé entero”:

“Para ser grande, sé entero: nada

tuyo exageres o excluyas.

Sé todo en cada cosa. Pon cuanto eres

en todo lo mínimo que hagas.

así la luna entera en cada lago

brilla, porque alta vive”.

La Poesía es el camino de la utopía en la construcción de un discurso cifrado y profundo en la significación temática. Por eso, ella es el encanto del sentimiento que en la intimidad posibilita la placidez del pensamiento en liberación interior. Aprender a pensar es un trabajo cotidiano que toda mente despierta realiza en consonancia con la madre naturaleza.

Somos un ‘disfraz’ que genera sonrisas, tristezas, aventuras, sueños profundos. En fin, Fernando Pessoa maneja al dócil principiante cuando afirma que

“El poeta es un fingidor.

Finge tan completamente

que hasta finge que es dolor

el dolor que en verdad siente.

Y, en el dolor que han leído,

a leer sus lectores vienen,

no los dos que él ha tenido,

sino sólo el que no tienen.

Y así en la vía se mete,

distrayendo a la razón,

y gira, el tren de juguete

que se llama corazón”.


Es decir, la Poesía es Autopsicografía.

Las ideas afloran al tenor de un ilustre pensador que quiere cambiar el letargo en un juego de palabras en el laberinto de la vida. El disfraz humano comienza a pensar en el tiempo acerca de sí mismo, haciendo realidad el camino en el sentir de la palabra”.

La experiencia poética es producto del misterio, del asombro y extrañeza, de la curiosidad y del sentimiento profundo al contemplar el “mundo de la vida”. La poesía es la revelación que se sustenta en sí misma. El poeta – el principiante – expresa la creación con sentimiento en donde la palabra recobra su ser, su estado original.

El poeta purifica el lenguaje y devuelve la naturaleza original a la palabra. La poesía se vive y siente, se palpa. Es la expresión del yo reflejada en el rostro de la naturaleza. La Poesía es el estado rítmico del pensamiento – dice F. Pessoa – que con la musicalidad naturalista indaga por el misterio de sí mismo y del “otro” a través de sencillas y vibrantes opiniones que traducen la profundidad del ser. A través de la poesía el principiante comienza a existir y aprende a florecer en pensamiento con la significación trascendente. Por eso, pensar es comenzar a ser.

Finalmente, reflexionemos en el texto de Octavio Paz cuando afirma que “la poesía es conocimiento, salvación, poder, abandono. Es la operación capaz de cambiar el mundo; la actividad poética es revolucionaria por excelencia; ejercicio espiritual y es liberación interior. La poesía revela este mundo, crea otro”.

Por Luis I. Rodríguez